¿Es posible alcanzar un desarrollo sustentable? - El manejo del agua como ejemplo
Adonis Giorgi, 26/06/2000

Extraída de las Jornadas de Medio Ambiente realizadas los días 22 y 23 de junio de 2000 a cargo de la Municipalidad de Neuquen y Universidad del Comahue. Se entiende por desarrollo sustentable la capacidad de las sociedades para lograr su bienestar de una manera continua e ininterrumpida. Implicitamente se reconoce que esto sólo puede lograrse con una administración ecológicamente adecuada de los recursos naturales. En este caso se analiza el tema del agua.



            Se entiende por desarrollo sustentable la capacidad de las sociedades para lograr su bienestar de una manera continua e ininterrumpida. Implicitamente se reconoce que esto sólo puede lograrse con una administración ecológicamente adecuada de los recursos naturales. Si observamos lo que ocurre en nuestro planeta día a día se puede afirmar que marchamos en la dirección contraria, es decir hacia el desarrollo inestable basado en la sobrexplotación de los recursos naturales.

            La necesidad de sustentabilidad del planeta fue advertida en los años 60 por Eugene Odum quien comparó la Tierra con una nave espacial. En los ‘ 70 a partir de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Ambiente Humano realizada en Estocolmo, en la que se analizó que varios recursos naturales tendían a agotarse y que los problemas de desnutrición, erosión y contaminación iban en aumento, se empezó a utilizar el término desarrollo sustentable. Sin embargo, desde esa fecha a la actualidad los gobernantes de distintas ideologías han intentado promover el desarrollo, entendido como incremento del producto bruto, lo que no tiene en cuenta si se conservan o no los recursos naturales. Actualmente tanto gobernantes o sus opositores suelen defender el desarrollo sustentable, aunque esto no se refleja en el manejo de recursos naturales.

             Los problemas ecológicos más graves a los que se enfrentan las sociedades son:

a. los devenidos del crecimiento poblacional y su distribución (es muy común que existan zonas superpobladas instaladas en las zonas más fértiles o donde existen ecosistemas de soporte que son degradados para permitir el crecimiento);

b. los problemas de contaminación ya que los desechos de la producción humana contaminan el aire, suelo y agua, generando disturbios locales (como la contaminación de napas subterráneas o cuerpos de agua), globales (como el sobrecalentamiento del planeta o el adelgazamiento de la capa de ozono);

c. los problemas originados en la mala administración de recursos que generan extinción o invasión de especies, empobrecimiento de suelos y erosión.

            Dichos problemas son asignaturas pendientes en la mayoría de los países pero con especial énfasis en los latinoamericanos, donde la tasa de crecimiento poblacional suele ser alta lo que crea incrementos de necesidades, y donde los principales recursos naturales son explotados por empresas privadas que en algunos casos tienen mayor poder que los estados. Por ello, es necesario incorporar la  perspectiva ecológica en el análisis y planificación del desarrollo a las economías latinoamericanas.

            Una de las cuestiones cruciales es la de considerar otros indicadores de riqueza distintos al P.N.B. (Producto Nacional Bruto) que considera solo el crecimiento macroeconómico. Hay que considerar que la economía se sustenta y depende por completo de recursos proporcionados por los ecosistemas. Por ello se han desarrollado otro tipo de índices como  el B.E.N. (Bienestar Económico Neto) que fija el precio nominal a la contaminación y el agotamiento de recursos naturales; el I.D.H. (Indice de Desarrollo Humano) que considera la expectativa de vida, el alfabetismo y utiliza el producto nacional bruto real; el I.S.H. (Indice de Sufrimiento Humano) que considera diez parámetros (PNB per cápita, inflación, aumento de empleos, aumento de población, acceso a agua potable, mortandad infantil, alfabetismo en adultos, suficiencia alimentaria, suficiencia energética, libertad personal); P.N.N. (Producto Nacional Neto) que agrega al PNB valores de agotamiento de bosques, suelo y petróleo, y el I.B.E.S (Indice de Bienestar Económico Sustentable) que ajusta al PNB per cápita con desigualdades en la distribución de ingresos, considera tambíén la disminución de recursos naturales por erosión y urbanización, el costo de la contaminación del agua y aire, y estimaciones del daño ambiental por cambios globales. Utilizar índices de bienestar en lugar de índices de riqueza es un primer paso para introducir la dimensión ambiental y humana en el desarrollo.

            Una vez evaluado el estado de bienestar se deberá planificar el desarrollo. Para realizar una planificacion ecológica de una región, los pasos a seguir son los siguientes: a.efectuar un inventario ambiental y social, b.determinar las metas de desarrollo y su importancia relativa, c. desarrollar mapas de los recursos, d.desarrollar una carta o un análisis combinado de todos los recursos, e.desarrollar un plan maestro e implementarlo. En el caso de no poder llevar a cabo un estudio integral, es deseable y hasta motorizador realizar el relevamiento y la planificaciíon en base a un recurso que sea particularmente escaso, o considerado de importancia trascendental.

            En el partido de Luján, a traves de un convenio entre el Municipio y la Universidad Nacional de Luján apoyados por un subsidio del Secretariado del Manejo del Medio Ambiente, se comenzó a trabajar en el estudio de la calidad de aguas superficiales y subterráneas.

            El agua es necesaria para el desarrollo a través de los usos urbanos, agrícolas e industriales; por ello se generan conflictos de uso y bloqueo o inutilización por contaminación. En países de climas mediterráneos como España, se han propuesto y existen experiencias de manejo del agua considerando los caudales ecológicos de los ríos. Esto es, aquellos caudales mínimos que mantienen la biodiversidad del río con lo cual el resto puede aprovecharse para riego o generación de energía.

            En Luján el agua superficial es importante, ya que el río Luján atraviesa la ciudad y es un recurso turístico que se encuentra muy impactado por los residuos cloacales e industriales tanto de Luján como de localidades vecinas. Por otro lado, el agua potable es extraída de dos acuíferos subterráneos denominados Puelche (más profundo) y Pampeano (menos profundo). Respecto a las aguas superficiales se aplicó un índice de calidad que varía entre 0 y 10 para tener idea del estado de las aguas en distintos sitios y su variación a lo largo del año. Paralelamente a esto, y utilizando el proceso de categorización de industrias establecidos por la ley 11459 de la provincia de Buenos Aires, se creó por decreto del intendente un Registro de Información Ambiental donde constan las industrias existentes, su tipo, los residuos y la cantidad de efluentes que generan. Relacionando la información de calidad del agua con la de calidad de los efluentes, se pudieron realizar estimaciones del costo para recuperar el río Luján por intervención directa. Dado lo elevado de este costo se considera más conveniente promover y controlar el funcionamiento adecuado de plantas depuradoras tanto urbanas como industriales para reducir la cantidad de contaminantes que ingresen al rio, sin superar su capacidad depuradora.

            Para evaluar la calidad del agua subterránea se tomaron muestras de 240 perforaciones: 140 ubicados en el acuífero Pampeano y el resto ubicado en el acuífero Puelche. En esas muestras se realizaron análisis bacteriológicos y físico-químicos. Los primeros permitieron detectar casos de contaminación puntual, y los segundos realizar mapas de distribución de los distintos iones. Para evaluar la calidad del agua se realizó un análisis de componentes principales, que relaciona todas las variables y las reduce a dos o tres vectores que explican la mayor parte de la variación. Se encontró que el primer vector explica la mayor parte de la variación de la calidad del agua y puede utilizarse como un índice de calidad mapeable.

            La información obtenida respecto al agua, permitió aportar criterios de proyección del desarrollo urbano en la comisión constituída para reformular el plan regulador maestro del partido de Luján, decidir las zonas más adecuadas para realizar nuevos pozos de explotación y promover ordenanzas que permitan conservar la calidad y cantidad del recurso.

            Es conveniente que el desarrollo sustentable se inicie a partir de una planificación regional de usos y potencialidades, donde el límite superior de la explotación esté dado por la capacidad de renovación de los ecosistemas y el límite inferior se defina de acuerdo a las necesidades de la población.

            Para planificar se requieren pocos recursos económicos pero un gran convencimiento político y la capacidad de articular la participación de la población. Llevar adelante la planificación es mucho más difícil ya que requiere inicialmente el convencimiento de todo el cuerpo de funcionarios de que se está en el camino correcto y, posteriormente, conseguir el apoyo de las empresas privadas sin las cuales, en la actualidad, el desarrollo sustentable no es posible. Las empresas privadas deberán comprender, a su vez que si los recursos no se mantienen cualquier tipo de explotación será temporalmente limitada, y que si no invierten en la proteccion de esos recursos el empobrecimiento de la población generará un mayor deterioro de los recursos así como una menor adquisición de productos. En el mundo se estan dando ejemplos alentadores como el de bancos que prestan dinero a empresas que demuestran la sustentabilidad ecológica de sus proyectos, o empresas de agua que se interesan en su protección. Reinvertir en la protección de los recursos es una opción estratégica no sólo para poder explotar el recurso durante más tiempo, sino también para obtener mayores posibilidades para operar económicamente sin generar conflictos con la población. Ésta, a su vez, tiene el deber de reclamar cada vez más activamente la aplicación de políticas sustentables tanto por parte del sector estatal como del privado.